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HISTORIA

El castillo Zulaica

El muro de ladrillos y piedra sobre el cual se encuentra el C.E.I.A.M.A.S.S. es un vestigio de lo que fue el “Castillo Zulaica”, la casa de Nicasio Zulaica G. de Gaviedes, penquista de origen español que tuvo una enorme propiedad que se proyectó con la imagen de un castillo, incorporando torreones y almenas junto con una capilla que a su vez tuvo pináculos e imágenes imponentes hacia la calle Heras. Esta construcción se comenzó en 1920 aproximadamente y se emplazó en un montículo del otrora Cerro Gavilán, el cual fue seccionado con el pasar de los años para abrir calles como Aníbal Pinto, Caupolicán o Rengo. En las alturas se ubicó la zona residencial y hacia Heras la capilla junto con dos grandes balcones que siguieron la misma impronta de un castillo medieval. Esta casa fue una de las residencias más características del Concepción de antaño, no existe certeza de quién pudo ser el arquitecto detrás de la casa de Nicasio Zulaica, pero sí se sabe que este vecino fue una persona muy culta y benevolente además de regidor de Concepción. Tras la muerte de Zulaica, 1925, queda en manos de sus herederos y en 1930 esta casa fue adquirida por el Arzobispado de Concepción y el 16 de mayo de 1948 se fundó en su lugar la Universidad Obrera, inicio de lo que hoy conocemos como Centro de Educación Integrada de Adultos Monseñor Alfredo Silva Santiago, institución que ocupa las instalaciones, modificadas durante el siglo XX, especialmente luego del terremoto de 1960, cuando algunos años después del sismo se demolieron los balcones junto con lo que quedaba de la capilla modificando la estructura de lo que fue el antiguo Castillo Zulaica, cuya singularidad marcó a los penquistas del ayer.

De Universidad Popular Obrera a Centro de Educación Integrada de Adultos

Monseñor Alfredo Silva Santiago al fundar la Universidad Popular Obrera, siendo su primer rector, tiene como objetivo satisfacer la necesidad de capacitar a jóvenes y adultos e integrarlos cristianamente al mundo laboral, es decir, entregarles las herramientas no sólo materiales sino espirituales para ganarse el respeto y el sustento con dignidad.
Cuando comienza a funcionar la Universidad Popular Obrera lo hace con cursos de capacitación, que van aumentando con el tiempo, según las necesidades y requerimientos. Algunos de los cursos son: Mecánica, Peluquería, Corte y Confección, Primeros Auxilios, Zapatería, Carpintería, etc. Comienza a funcionar con 200 alumnos que, al ampliar las dependencias, aumenta su número.
Con el tiempo surgen nuevas expectativas y necesidades, especialmente de una mayor preparación académica. De Universidad Popular Obrera cambia el nombre en el año 1981 a Centro de Educación Integrada de Adultos “Monseñor Alfredo Silva Santiago”, en homenaje a su fundador. También en ese año es reconocido por el Estado como cooperador de la función educacional chilena, con resolución exenta Nº 7056 del 28 de octubre de 1981, siendo su sostenedor el Arzobispado de la Santísima Concepción. Por esta razón cada año se celebra en Octubre el aniversario de nuestra institución.

A partir de este año han transcurrido varios hechos importantes:

Sigue funcionando el Área Técnica y se crea la Educación Básica con sus tres niveles.
En el año 1988, comienzan los cursos de Enseñanza Media, llamados ciclos (decreto 12), que son dos años en uno y cuyo requisito es tener los 18 años cumplidos.
Posteriormente, en el año 1997, se crea la Enseñanza Media (decreto 190) para estudiantes que no han cumplido los 18 años de edad.
Luego del reconocimiento como Cooperador de la Función Educacional, asumía como representante legal y directora del establecimiento la Hna. Teresa Barrera, religiosa perteneciente al Instituto Catequista “Dolores Sopeña”, bajo cuyo cargo está el colegio, autorizado por el Arzobispado. El colegio cumple 40 años y la matrícula crece a 650 alumnos. Se realizan diferentes actividades de celebración.
Con el tiempo, asume como representante legal la religiosa Patricia Hermosilla Jerez; de Directora, la Sra. Rosa Rocha Vergara y como Inspectora General, la Sra. Ilda Mella Novoa, quien trabajaba ya en el establecimiento desde que era Universidad Popular Obrera.
Alrededor de los años 1996 – 1997 se comienza a construir el edificio nuevo, en la esquina de las calles Aníbal Pinto y Las Heras, ya que nuevos requerimientos especialmente de nuevas matrículas hace necesaria esta obre. Éste se conecta con la antigua, ampliándose el colegio con la instalación e implementación de talleres, biblioteca, etc.
Queda en el cargo de representante legal del establecimiento la religiosa Sandra Salazar Neira. En 1998 el colegio cumple 50 años desde su fundación, los que son celebrados con variadas actividades.
En el 2008 en la celebración de los 60 años, junto a estudiantes de sociología, psicología, asistentes sociales y profesores del plantel, se hizo una exhaustiva investigación de porqué el porcentaje alto de desmotivación que lleva al fracaso escolar, además de indisciplina y posteriores fracasos en todos los ámbitos de sus vidas (familiar, social, laboral, sentimental); Este diagnóstico nos permitió darnos cuenta de muchas carencias que tienen especialmente los más jóvenes, nos ha ayudado al trabajo más concienzudo en las salas, reforzar el trabajo en orientación, relación con los apoderados y los tiempos que dedicamos a escuchar sus problemáticas, para poder responder mejor a estas y así cumplir con nuestra misión.
El año 2013 se termina definitivamente la obra OSCUS en nuestra ciudad. Queda nada más que el colegio durante la semana impartiendo educación modalidad dos años en uno para personas mayores de 18 años (y mucho más), plan que se cumple en un 10% debido a que el 90% de las matrículas del colegio las componen año a año mayor número de estudiantes provenientes de otros colegios y con edades de entre los 16 y 19 años.
En el año 2014 la fundación Dolores Sopeña deja por siempre nuestra región y con ella su obra impresa en nuestra conciencia social, nos deja como legado: Dignificar más y más al trabador y hacer de todo una sola familia”.
El 2015 el CEIAMASS pasa a ser parte de La Fundación Educacional La Asunción, que se hace cargo de nuestro colegio con tres nuevos pilares educativos, que nos motivan en los pasos de Jesucristo: “Educar, Evangelizar y Servir”.
El 2016 se restaura el edificio del CEIA, mejorando y distribuyendo los espacios, lo que da más luminosidad y bienestar a toda la comunidad educativa.
El 2019 comenzamos con otra etapa, la educación Técnico Profesional en Atención de Párvulos, entregando las herramientas necesarias a las y los estudiantes, para insertarse en el mundo del trabajo y mejorar su calidad de vida.